12/1/10

Las Prosinecki

Que muchos individuos, pobres almas, evitan, rechazan e incluso insultan, casi siempre gratuita, vil y soezmente, a aquellas chicas que, haciendo uso de su libertad sexual, han tenido numerosas relaciones sentimentales y/o carnales. A estos señores con mentalidad más propia de la época de Zarra les digo: dejádselas al Entrenador, que sabrá bien cómo hacerse feliz...

Y es que las Prosinecki, las que han pasado por casi todos los equipos, no sólo son las mejores, más virtuosas, divertidas y desinhibidas amantes, sino que, cuando se comprometen, suelen ser las más fieles y leales. Ya han picoteado. Ya han saciado su curiosidad. Ya han probado la mercancía y han elegido su producto. Cuidado con las poco curtidas, os traerán más de un quebradero de cabeza.

Asegúrate bien, cuando dama escojas
que haya pasado
por Oviedo, Madrid, Lieja,
Barcelona, Dinamo y Estrella Roja.


Por supuesto siempre que éstas estén medianamente cuerdas...


9/1/10

Celoso: quiero ser el PUM

Que la mayoría de las veces no se ven saciados, estos anticristos del amor, con dominar el presente de su pareja. Como ya dijera Orwell en 1984: "quien controla el pasado controla el futuro, y quien controla el presente controla el pasado", y así lo intentan, con sus sucias armas de terrorista psicológico, estos reales funcionarios del Ministerio de la Verdad.

Y es que los celosos, para sentirse notables - el mayor problema del celoso no es la desconfianza en su compañera, sino su nula autoestima- necesitan ser reconocidos continuamente y de manera atemporal. Los celosos quieren ser el PUM: el Primero, el Único y el Mejor.


- El Primero. Les corroe en las entrañas (si es que calzan de ellas) que su pareja haya pasado, anteriormente, por otros vestuarios. Simplemente este hecho les enerva y, por tanto, pretenden - evidentemente sin un éxito total- que su pareja no tenga ningún vínculo físico, afectivo o amistoso con sus anteriores relaciones. Ya que han existido, hagamos que no existan. Ni siquiera que guarden recuerdos o fotografías, por Allah.


- El Único. Si por ellos fuera, no existiría nadie importante alrededor de su pareja, y si existesen, en todo caso, deben ser de una categoría afectiva suficientemente inferior a la suya. Esto se extrapola también a la escala temporal. Estarían locos por haber sido los únicos en besar, amar, ser amados y tener relaciones con su pareja.


- El Mejor. Ya que es difícil ser las dos cosas anteriormente descritas, al menos, hay que ser el de más puntuación en todo. "Conmigo todo es mejor", esperan ellos. Mejor que fue, podría ser o será con cualquier otro, por supuesto.


Como que se dé todo esto es sumamente difícil, por no decir imposible, el celoso vive en un continuo estado de agonía. No ser el PUM le turba sobremanera y provocará más de una estúpida -pero dura- discusión. Y de dos. Y de tres. Todo esto ante la paciencia, infinita paciencia, de la pobre doncella. Bendita sea ella.