15/11/09

Alta infidelidad 1: Introducción

"Si vas a hacerlo, hazlo bien", como decía la madre al hijo vegetariano en su primer bocado de carne (que ya podía haber sido de serrano y no de York, ciudad preciosa pero de pobre gastronomía). Y es que, pequeños futuros astadores, aunque no comparta la decisión que habéis tomado de adentraros en una relación oscurecida por la sombra de la mentira, como mentor y guía sentimental vuestro, me siento en la obligación de aconsejaros en esta ardua y difícil tarea.

Antes de comenzar con este (sucio) tutorial, dividido en varias secciones que iré publicando durante las próximas semanas, me gustaría resaltar los siguientes puntos:

- No intento lanzar a nadie al adulterio. Así que rogaría que no me salpicara ninguna china de la lapidación.

- La infidelidad no es un juego, por más divertida o excitante que pueda parecer (o ser). Somos personas adultas y, como tales, debemos ser conscientes y responsables de nuestras acciones y de los posibles perjuicios que podemos provocar con nuestro comportamiento.

- Si no estáis preparados psicológica, moral y emocionalmente, no lo hagáis. No hay mayor injusticia que el arrepentimiento y la confesión, pues no busca sinceridad, sino la exculpación y expiación de los pecados propios y acallar esta voz que nos taladra en la conciencia diciéndonos que algo hemos hecho mal. La confesión es agoísta y debemos evitarla, asumir nuestro sentimiento de culpa y aguantar nuestra penitencia interiormente.

- No existe justificación alguna para una infidelidad. La única forma de eximirse (y la más valiente) es rompiendo la cláusula de rescisión, pudiendo así negociar con otros equipos con la completa libertad que tiene el no tener ficha. Todo lo que no sea hacerlo por esta vía provocará el revuelo y los pitos merecidos por parte de la afición si se enteran de tus movimientos.

Una vez ha quedado claro todo esto, os invito, Figos míos, a leer próximas entregas de la Guía para el jugador atado, que comenzarán mañana.


3 comentarios:

Andrés Tiradeesta dijo...

Entrenador, se nota que tienes ahora una Florentina de presidenta. En vez de dar lecciones para marcar, solamente das charlas moralistas.
¿No se supone que un Loverpooler ha de marcar en cualquier campo? ¿O ahora en vez de ser killers nos tiene que dar pena el contrario (o le entrenador del contrario)?

Entrenador dijo...

Una vez más, el amarillismo del MARCA vuelve a soltar informaciones inexactas, imprecisas o inexistentes sobre la situación laboral de algún individuo del mundo del fútbol.

El Entrenador, que os ama y os cuida, no tiene pretensión de dar charlas moralistas y bien es sabido que de todo se le puede achacar menos de tener piedad a la hora de dar materile, pero también, es dicho y repetido que un Loverpooler es un caballero y no vale el todo por el todo. Para empezar está el Estatut, carta magna de los derechos del cortejo, y por otro el sentido (no tan) común, que nos guían a la hora de intentar un tiro a puerta.

De todas formas, esta introducción sólo pretende dejar claro, antes de empezar con la manteca del asunto, dónde nos estamos metiendo, al igual que ya hicimos cuando hablamos de la errantería (ver "El caballo errante" y "La triste vida del amante"). Una vez tengamos en cuenta esto, os puedo asegurar que esta guía de la infidelidad no os decepcionará, con toda la suciedad, sangre fría y falta de escrúpulos que, aunque despreciais, os gusta oir.

Saludos Lovers

AndresTiradeEsta dijo...

Este jugador es asiduo lector, y estábamos temerosos de que nuestro entrenador estuviese sucumbiendo al poder de una Florentina observadora que condicionase sus charlas. Nos alegramos de que sea una simple aclaración debido a la condición de caballero del deporte.

Nos alegramos que las lecciones del entrenador sigan su curso, y las esperamos ansiosamente.
Y respecto a la infidelidad, solo he de decir que si el contrario es una especie de Tomás Roncero, está bien cerrarle la boca de vez en cuando.
Un saludo.

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