29/6/09

"La Impronunciable"

Todos los aquí presentes hemos sufrido alguna vez en nuestra piel la lesión de la peor entrada que puede recibir un Loverpooler en el terreno de juego del amor.

En nuestra adolescencia (y algunos mucho después de ésta), tras días, semanas o incluso meses de trabajo, hemos visto desvanecerse, cual castillo de naipes, esta (en ocasiones) obra de ingeniería de la conquista, edificada con cariño, atención y, sobre todo, paciencia, paciencia infinita. Todo por un único fin: conseguir la mano de la dama y así marcar el tan añorado tanto de la victoria.

Por todo este esfuerzo, por este tiempo invertido (ojo, invertido que no perdido: un Loverpooler es ante todo un caballero.), por las horas y horas dando vueltas en la cama planificando la estrategia de partido, por la vara que le damos a nuestros amigos más cercanos, por todo lo que os entregamos, por el ridículo al que nos exponemos al llenar vuestras redes sociales de palabras bellas, y, sobre todo, porque somos buenas personas y no lo merecemos, os imploramos:

No uséis el "te quiero como amigo".

Decidnos que somos feos, que no os interesamos, que os gusta nuestro mejor amigo o que os liaríais antes con un talibán narcoléptico sifilítico adicto al crack que con nosotros, pero no nos hagáis pasar por este duro trago.

Sabemos que no lo hacéis con mala intención, que lo que queréis es suavizar el impacto de la negativa pero, de verdad, no os preocupéis, no sois ni las primeras ni seréis las últimas, ¡ estamos ya muy acostumbrados!

Desde aquí, los Loverpoolers hacemos un llamamiento a todas las féminas del mundo para que no utilicen la citada fórmula (que a partir de ahora denominaremos "La impronunciable") o similares ("no es el momento", "dame un tiempo, que quizá más adelante...", "no quiero hacerte daño, que eres un diamante en bruto", etc) y que, en cambio, entiendan la humillación se supone ésta y que usen otras de las propuestas o la mejor, más directa y más humana: la sinceridad.

19/6/09

Comportamiento femenino extremo: las "locas". Parte 2

[...]

Si bien no podemos dar una metodología para detectar cuando está siendo empleado el término loca en toda su rigurosidad semántica si podemos dar pinceladas sobre como NO actuar por defecto en pos de discernir eficazmente.

a) Jamás preguntar (al menos no antes de haber anotado) si existen antecedentes familiares de enfermedades mentales. Puede llevar a situaciones tensas o a arranques de sinceridad no compatibles con nuestros objetivos.

b) Jamás preguntar o insinuar (ya sabeis, o deberíais saber, como de similares pueden ser estos dos términos para una mujer receptiva, ni qué decir para una loca oculta o una "loca" susceptible) que la señorita está loca. Si bien ellas y sus amigos gays pueden emplear loca siempre que lo deseen con aspecto de "loca", un heterosexual potencialmente receptivo (cualquiera) siempre imprimará el termino de una literalidad peligrosa para los acontecimientos.

c) Nunca responder a "yo es que estoy loca" con preguntas del estilo de "Pero, ¿es una forma de hablar?". En caso de tratarse de una "loca", puede sentirse ofendida o peor, puede seguir la conversación insistiendo en que es verdad, lo cual la acerca peligrosamente a una loca real o hace que la incertidumbre sea mayor de la tolerable. En caso de ser una loca, su reacción dependerá de la patología concreta (se recomienda evitar los objetos punzantes, contundentes y las grandes alturas en general).

d) No se recomienda el empleo de la respuesta "Eso decís todas". Esto desemboca potencialmente, tanto en locas como en "locas", en innumerables e incómodas respuestas y derroteros para la conversación que nos alejarán del anotado. Ninguna mujer quiere oir que no es especial, por lo que se pueden dar efectos similares a c) (por no hablar del empleo de la palabra "todas" viniendo de un hombre heterosexual).

e) Y sobre todo, nunca, nunca, nunca intentar estimar mediante "pruebas" o "conversaciones retóricas" el grado de locura o de "locura". Lo de leer entre líneas y extraer información mediante conversaciones aparentemente irrelevantes lo inventaron ellas, ni lo intentes.

Si bien grandes filósofos de nuestra época como Les Luthiers hablan de "hacer el amor a tontas y a locas" porque "son las más fáciles", se olvidan tanto los preparativos como las consecuencias de dichas intentonas. La rentabilidad de nuestras acciones debe ser lo que se debe cuidar, evitando el caer en brazos de locas que nos ofrecen la ilusión del tanto.

18/6/09

Comportamiento femenino extremo: las "locas" . Parte 1

Hoy, en esta nuestra pizarra táctica del amor, tenemos el honor de contar con la colaboración de un técnico cuya fama traspasa fronteras. Se trata del Arcipreste de Higuita, entrenador del Blackburn Lovers, quien nos instruirá, en dos sesiones, en cómo discernir entre distintos grados de comportamiento extremo femenino.

Sin más dilación, tengo el placer de presentarles la primera parte del ensayo La locura y "la locura".


PARTE 1

Antes de nada quiero agradecer al Entrenador su buen hacer en este conjunto de textos y recomendaciones que tanto bien nos hacen a los no diestros en las lides amorosas y/o amatorias. Si bien no me considero más que un incipiente launcher, creo que puedo aportar ciertas reflexiones sobre el entorno femenino. Mi breve aportación se va a centrar en las "formas de hablar" de las señoritas, dando por sentado que hay cierto patrón genérico y nada oculto que nos permitirá anticipar reacciones y evitar desagradables sorpresas.

Todos hemos conocido la famosa frase "yo, es que estoy loca", pronunciada por féminas de distinta índole, clase y aspecto en muy diversas situaciones. Esta frase puede oirse referida a un ataque de compra compulsiva en Zara, a un viaje inesperado a la salvaje e ignota Matalascañas, aprovechando la aventurera combinación de coche y nocturnidad, un momento de espontaneidad que choca frontalmente con las normas aceptadas de comportamiento social (como expulsar un alarido en algún lugar público sin motivo aparente) o a un arrebato de senilidad que desemboca en la pérdida transitoria de unas llaves, cartera o teléfono móvil. Humildemente sostengo la teoría de que el 95% de las mujeres ha pronunciado esta frase alguna vez en su vida sin más pretensiones que exculpar algún comportamiento que consideran vergonzante o cuanto menos, digno de reflexión por parte de la concurrencia.

Dicha afirmación se expresa desde un punto de vista metafórico, asignando a "loca" el significado más transitorio e inócuo para con el resto de su existencia que uno pueda imaginar. Este hecho no sería destacable si no fuera porque se da un evento ocasional bastante desagradable: en ciertas ocasiones no existe metáfora. Esto nos remite a los versos del estudioso de la mujer, Don Prieto de la Testuz Carmesí, en la introducción de su ensayo "¿Por qué siempre me tocan a mí?":

Huye, compañero,
que inestables con papeles hay pocas
pero todas gustan de decir,
bien por referencias, bien porque sí,
"yo, es que estoy un poco loca".

Este texto nos remarca el hecho de que hay que distinguir entre dos tipos de damas: las "locas" y las locas. Nótese como con el entrecomillado se pretende resaltar el hecho de que no existe un fundamento clínico que respalde la asignación del término a la individua en cuestión, limitándose su significado al puro artificio retórico descrito anteriormente. Sin embargo el empleo del término sin añadidos gráficos se empleará en total literalidad, conforme a la definición que recogida en el DRAE,

loco, ca
1. adj. Que ha perdido la razón. U. t. c. s.
2. adj. De poco juicio, disparatado e imprudente. U. t. c. s.

Para nada confundir con,

8. f. Hombre homosexual.
9. f. coloq. eufem. Arg., Cuba y Ur. Mujer informal y ligera en sus relaciones con los hombres.
10. f. coloq. eufem. Arg. y Ur. prostituta.

Si bien podrían ser acepciones interesantes en algunos aspectos, se escapan completamente del propósito del presente texto (recordamos que el marcar en propia portería o realizar gastos no indirectos para conseguir anotar no están dentro de los objetivos de un Loverpooler). Con esta enumeración académica de las acepciones sólo pretendo poner de manifiesto la literalidad del término en los casos más desagradables. El conflicto surge cuando uno interpreta la literalidad como metáfora, presuponiendo una estabilidad mental en la interlocutora que dista mucho de ser real aunque uno no tenga datos suficientes y asignando al evento desencadenador una caracter fugaz e irrelevante en el devenir de acontecimientos futuros.

Es importante por ello, jóvenes lectores, que cuando oigamos dicha reflexión en boca de una dama, seamos capaces de atisbar esas comillas rodeando tan problemático término. Dicha experiencia y discernimiento no se transmiten y uno debe sufrir en sus carnes las posibles recurrencias en su vida, confiando una y otra vez en que siempre se refieren a "locas" cuando en realidad ese brillo en sus ojos nos indica claramente a qué nos estamos enfrentando.

[...] Continuará

11/6/09

Primeras impresiones: componente aleatoria

Ya en alguna ocasión hemos hablado sobre la importancia de las primeras impresiones delante del target a conquistar. A las componentes deterministas ya comentadas hay que sumarle ahora una componente aleatoria. Y es que, pequeños Juniors, cuando nos movemos en un entorno casí caótico como es un lugar público, nuestra compostura e imagen puede verse gravemente dañada por factores que no controlamos. Por ejemplo, puede suceder que estemos en una discoteca entrando en contacto visual con una dama y un energúmeno nos vomite en un pie. Tened por seguro que esa chica no olvidará esa imagen en su vida y no solo eso, sino que la asociará con nosotros para siempre. Estas imágenes esperpénticas nos acompañarán toda la vida y para siempre seremos "el del pie vomitado", "el borracho", "el que se cayó en un charco", "el del pantalón de abuelo" o "el del grano en la nariz". Ni que decir tiene que esto no es nada bueno.

Que no controlemos determinados factores no quiere decir que no podamos evitarlos en cierta medida, siendo cuidadosos y anticipándonos a ellos.

Para empezar, cuando nos vayamos a encontrar en un medio tan difícil como éste, debemos tener a punto todas nuestras facultades físicas y mentales. De esta manera reduciremos drásticamente los eventos ridículos debidos a nuestra torpeza. Recordad que aunque a nosotros pueda parecernos sexy una chica con la camiseta mojada, no es recomendable tirarle un cubata por encima cuando vayamos a presentarnos. Mantengamos, pues, los pies firmes y la bebida no muy llena y siempre alejada de posibles codazos o empujones que hagan vertir el líquido sobre la chica, sobre nosotros mismos o sobre un amigo (recordad la norma 8 del Concordato). Aunque pueda parecer estresante o difícil, mantener alerta nuestro estado psicomotriz nos hará evitar muchos de los ridículos a los que podemos estar expuestos. También debemos vigilar el entorno, alejándonos de cualquier personaje que potencialmente pueda meternos en una situación complicada.

Una vez tenemos controlados estos aspectos, debemos cuidar nuestra forma de hablar y conversar, evitando sacar temas controvertidos, polémicos o simplemente estúpidos. Aunque llevemos el hilo de la conversación (recordad siempre dar la impresión de seguridad en vosotros mismos) debemos dejar hablar a la chica y seguir los temas de conversación que le puedan parecer interesantes. Recordad también la importancia de no dar demasiado la chapa ni perder el efecto Zorro.

Por último debemos cuidar el aspecto físico. Siempre manteniendo nuestro estilo, debemos llevar un aspecto cuidado y limpio. Para evitar que se deteriore (más aún de lo que ya lo hizo la naturaleza)debemos evitar, cual madre de anuncio de detergente, cualquier fuente de suciedad. Recordad que la imagen lo es casi todo y es nuestra carta de presentación. Debemos mostrar lo que somos, matizado eso sí, por lo que queremos mostrar o hacer ver.

Pues bien Juniors, como podéis ver, en el arte del ligoteo, en según qué ámbitos es necesario a veces, en contra de lo que piensan muchos aficionados, no llamar la atención ni destacar. Sólo lo haremos de forma controlada y por voluntad propia cuando sea necesario, evitando en todo lo posible situaciones embarazosas.

4/6/09

Plus de atractivo en escenarios

Por si no os habíais percatado todavía, amigos, el efecto que produce en un individuo tener bajo sus pies un escenario es un notable incremento en el número de féminas que en él se fijan. Ya puede ser el tipo desagradable para la vista que si lo subes a un escenario y le das una guitarra a la salida del espectáculo tendrá una legión de seguidoras entre las que elegir. Es como en un museo. Para los no entendidos en la materia, siempre nos parecerá más interesante aquél cuadro que tenga la vitrina más ancha y esté rodeado de más japoneses. Muchas tesis indican que con los hombres en un escenario sucede un efecto psicológico parecido. Este efecto se da, aparte de en la música, en otras artes escénicas.

Por supuesto, toda ley tiene sus excepciones, y ésta no iba a ser menos. No incrementarás tu atractivo en escenarios (que se estima en un 260%)si te encuentras en uno de los siguientes grupos:

- Payaso en cumpleaños y comuniones
- Tuno
- Animador en hotel de la tercera edad
- Niño de San Ildefonso
- Cantador de bolas en un bingo
- Speaker en una tómbola
- Monaguillo
- Modelo en desfile de ropa en Carrefour/Eroski
- Speaker de los caballitos pony de la feria
- Operario de grúa (aunque hayas visto alguna vez a Enrique Iglesias usando una en sus conciertos, créeme, no es lo mismo)
- Ramón García

Así que ya sabéis Juniors, aún estáis a tiempo de cultivar algún arte escénica para apurar vuestras posibilidades de ligar. Si no, siempre podéis acercaros a alguno que las cultive y, como hienas en la sabana, intentar carroñear entre las no elegidas.

1/6/09

Para tí que eres tímido: desinhibición etílica

Se da el caso en algunos Junior de banquillo (los que salen al campo del flirteo en escasas ocasiones) que requieren de la ayuda del líquido y tajante elemento para lanzarse al asedio de la portería contraria. Sin él no tienen la valentía necesaria para afrontar uno de nuestros intensos, largos y, generalmente, poco productivos partidos. El problema está en que si bien antes de beber no son capaces de hablar elegantemente con una dama por la timidez, después no lo son por la papa que llevan encima, soltando lindeces no aptas para nuestros refinados lectores, por lo cual las omitiremos.

En primera persona, cuando bebemos y nos acercamos a una chica, nos sentimos David Hasselhoff en los 80, pero visto desde segunda o tercera, somos más bien parecidos a David Hasselhoff en la actualidad. Si queréis tener una prueba directa del poco glamour que llegáis a tener en estado ebrio, no tenéis más que llegar a mitad de la noche con vuestros amigos en un día cualquiera de farra. Triste, ¿verdad? ¿A que no los tocaríais ni con un palo?

Entre varios hombres, uno, a la botella pegado.
Adivina, lince, quién esta noche no ha mojado

Y es que, pequeños Juniors, en la moderación está la clave y sobre todo, más vale hacer el esfuerzo de derrotar a la timidez y mantener control de tus sentidos y, sobre todo, de tus dotes lingüísticas, que vencerla fácilmente con las copas y luego ponerte a tí mismo en situaciones embarazosas y ridículas, esas que tanto gustan a tus amigos.