Tras nuestro gran éxito al pasar la primera ronda de Champions y meternos de lleno entre las
noticias más votadas de Menéame, nuestro ya viejo conocido el
Arcipreste de Higuita, entrenador del
Blackburn Lovers, ha tenido la consideración de felicitarnos con uno de sus sabios ensayos sobre comportamiento femenino extremo:
"Lectura femenina del futuro".Dice así:
Continuando con la serie de colaboraciones que me brinda nuestro amado Entrenador, he tenido a bien el redactar ciertas notas acerca de un controvertido tema en el milenario arte de relacionarse con féminas. Para ubicar el presente texto he de resaltar que no arrimaré mis argumentaciones a las ascuas manidas y típicas sobre la supuesta capacidad que las mujeres se otorgan para predecir acontecimientos venideros. Todos sabemos que dichas situaciones se enmarcan temporalmente entre dos perífrasis pronunciadas por alguna dama; una que deja claro que la predicción ha sido llevada a cabo y sus consecuencias comienzan en ese instante, y otra que zanja el devenir de los acontecimientos desencadenados desde la anterior. Si bien la inicial da lugar a interpretaciones vagas y poco concluyentes, la segunda no deja lugar a dudas de que hemos sido simples marionetas sin libre albedrío, puesto que nuestras acciones y sus consecuencias ya han sido medidas con el rasero de la feminidad orácula más irrefutable. Como ya habra intuido el hábil lector, la frase de inicio, o "
incoatio ad oraculum estrogenarium" se reduce a "
Tú mismo", "
Tú sabrás" o la más elaborada "
No, si a mí me da igual". Esto da el pistoletazo de salida para una carrera en la que no hay ganadores pero sí un claro perdedor: uno mismo. De igual forma no es necesario concretar en qué expresión condensa, finaliza, se materializa toda la sabiduria profética de nuestras amadas compañeras, pues quien más y quien menos siempre ha recibido, aunque fuera maternalmente, un
"¿Ves? Te lo dije", que en el caso que nos ocupa se conoce como "
finiquitum ad oraculum estrogenarium". Estos casos, debido al amplio rango de situaciones que representan no van a ser tratados en el presente texto, el cual pretende destacar ciertos casos más concretos y tratables por lo tanto.
Los casos más flagrantes de
oraculum estrogenarium (
O.E. en adelante) se dan en contextos amorosos. Evidentemente empleamos "amorosos" para referirnos a cualquier actividad que involucre a una o varias targets en relación a un loverpooler y a la posibilidad de anotar en uno o diversos campos simultáneamente (efecto conocido como Carruseeeeel Eróticofestivo ). Si bien sería más preciso emplear la palabra "amatorios", ya que el usar "amorosos" colabora con el encauzamiento hacia un estado mental de aparente sintonía, empatía, sentimientos sinceros y alejamiento de los intereses físicos descargatorios. Podemos clasificar los casos de O.E. en dos categorías, atendiendo a si el implicado (supondremos varón heterosexual, lo cual siempre lo simplifica todo) está presente o no. Los casos en los que no está presente se conocen como "
oraculum estrogenarium de dorsum" (del latín dorsum, espalda). Daremos sólo dos apuntes sobre estos casos:
"
No, si este no va a querer venir". Éste es el caso típico en el que un target, a la que supondremos un rodaje apreciable dentro de la peña Loverpooler, expresa a sus congéneres la certeza de que no estamos interesados, sin necesidad de consulta, en alguna actividad planificada por ella o por sus amigas. Si bien este caso es de los más propensos a reforzar su sentimiento de oráculo, puesto que suele acertar, no existe un mérito especial por ello. Tareas clásicas como "ir de compras" (no a un sex shop), "ir a un concierto de música clásica", "ver Sexo en Nueva York/Amelie", "cenar en un vegetariano", y similares, tópicamente asignadas al rol femenino (pero no por ello menos cierto), están sujetas a esta reflexión sin riesgo apreciable de cometer fallo. Esto lo saben hasta los infantes más ausentes de la realidad, por lo que no debería tomarse como un caso de O.E. puro aunque tenga un perfil aparente. Caso bien distinto es el de aquellas situaciones como "hacer un trío", "probar cosas nuevas" o "ver una porno" (no vamos a discutir aquí como de corriente es que un grupo de mujeres quede para ver porno, pero se podrían aportar datos que dejarían helado a más de uno). En este caso algunas insensatas obvian la consulta directa, pasando a emplear su O.E. de manera completamente erronea y privando al jugador de experiencias vitales básicas.
"
Seguro que está con esos amigos suyos". En este caso el problema no reside en el O.E. propiamente dicho, sino en la expresión de éste. Si se analiza la reflexión que concreta el O.E. se pueden encontrar dos detalles que condensan la esencia de los O.E. de dorsum. El empleo de "seguro" en el inicio constata que no estamos en presencia de una suposición, tanteo o idea arbitraria, sino que la señorita asevera su O.E. a hierro y fuego sobre el cuero del espaciotiempo (el empleo de los "seguro que" se puede asignar con casi todas las reflexiones aquí revisadas, como el lector puede comprobar). El segundo detalle reside en el empleo de "esos". Las connotaciones de esta terminología casi se escapan del estudio del O.E, pero revelan otros caracteres distintivos del O.E. de dorsum: la complicidad con el resto de congéneres féminas y la desacreditación de la plantilla Loverpooler circundante al sujeto de la reflexión. Si bien el primer punto se puede obviar en la mayoría de los casos, ya que la complicidad femenina sólo reviste de complejidad en un leve 5% de los casos de "amistad" entre mujeres, el descrédito hacia otros compañeros, bien amigos, bien apoyos tácticos es intolerable. El carácter nocivo de este caso de O.E. no reside en el acierto de que uno esté socializando con sus amigos, sino en el hecho de la imagen negativa que se vierte sobre esas actividades por el simple hecho de no ser unos amigos cualesquiera, sino "esos amigos suyos".
Por otro lado tenemos los casos en los que sí está presente el involucrado, conocidos como "
oraculum estrogenarium de scortum facie" (del latín facies, cara y scortum, prostituta). Ejemplos de esto son:
"
Seguro que mañana ni te acordarás de mi nombre."Algunos expertos aseguran que no es un O.E. propiamente dicho en la mayoría de los casos. Según esta tesis, defendida sobre todo por la escuela Sporting Amatoriale, para ser algo premonitorio debe tener características de desconocimiento en el momento de ser pronunciado, pero todos sabemos que asegurar algo así para "mañana" no difiere en exceso de lo que suele ocurrir en el instante presente ("¿Como te llamas?"). Aplicar a "mañana", como metáfora de cualquier tiempo futuro relativamente inmediato, algo que es conocido en el momento de la predicción ("¿Como te llamabas?") y que no muestra indicios de evolución ("¿Como se llamaba?"), no es más que la aplicación de principios de linealidad y sistemas estacionarios en tiempo, lo cual queda fuera del estudio de este texto.
Siempre existe la opción del post-it en la frente (de ella), pero definitivamente es una solución poco elegante, aparte de que la mayoría se da cuenta (sobre todo las morenas y las pelirrojas), ya que mantenemos el aparente contacto visual más de lo normal al intentar descifrar nuestra propia letra en un ambiente nocturno cargado de alcohol y otras sustancias.
"Seguro que no me llamas". Todo un clásico. Es un ejemplo claro de O.E.: arbitrario y sin fundamento. Típicamente esta frase suele oirse en contextos post-coitales o post-pseudo-coitales en el caso de mujeres estufogonadales (la estufogonalidad es un síntoma derivado de tener dos cromosomas X y se presenta en mayor o menor grado dependiendo de diversos factores como el volumen pectoral y el aprovechamiento de pequeñas cantidades de tejido para conformar prendas de vestir). En un pequeño porcentaje de casos esta premonición infundada es un arma útil para el loverpooler, ya que la sujeta obvia el hecho de no haber facilitado su número de teléfono. Evidentemente así es seguro que la frase está fundada, pero promociona al rango de infalible a la manida "¿Me das tu número?", puesto que se establece una aparente paradoja hacia el pasado en la percepcion de la involucrada y contra eso no pueden luchar. En cuanto a la arbitrariedad de la afirmación no hay más que señalar el contexto típico en el que se desarrolla: tarde o noche de asueto durante fin de semana (posíblemente viernes o sábado, para dar potencialidad antes de la semana que viene a un nuevo encuentro), plan no exageradamente alocado (unas copas o un concierto a lo más) y puntuales momentos de aparente complicidad (¡Dios nos libre de establecer complicidad en el primer encuentro con una señorita más allá de lo aparente y útil para anotar!). Si tras invertir aproximadamente entre ocho y diez horas en un fin de semana es capaz de asegurar que no estamos dispuestos a llamarla, sobre todo si no hemos conseguido el tanto, es que desconoce por completo el sentido de conceptos como "inversión", "rentabilidad" o "masturbación compensatoria dominical".
NOTA: Es importante detectar en este caso a potenciales
locas (nótese la ausencia de entrecomillado).
El tiempo pasado desde el inicio de contacto hasta la pronunciación de la frase es inversamente proporcional a la probabilidad de que la chica sea una loca con papeles. Si tras chocarte accidentalmente con ella, sin haberla visto en tu vida, y preocuparte por educación por su estado de salud ("
Perdona, ¿estás bien?") responde con un "
Si, ¿pero qué más te da? Seguro que no me llamas.", recomendamos encarecidamente huir por la salida más próxima y colocar ese establecimiento en cuarentena de caza durante, al menos, veinte días no laborables.
"Yo, en realidad, no te gusto, ni te gustaré nunca". La joya de la corona. Existen miles de interpretaciones de esta profecía. En adelante nos referiremos a ella como
"La Profecía" u "
oraculum estrogenarium nostradamus way", por ser la que más complicaciones brinda a un loverpooler, en especial juniors y launchers novatos. Observemos como, desde el comienzo de la frase, se enfatizan varios aspectos:
-
"Yo". Si se observa la construcción, el uso del pronombre no es necesario. Se limita a enfatizar la expresividad del conjunto, resaltando el hecho de que dá por sentado que es ella, en contraposición con el resto del Universo, aquella que nunca nos gustará.
-
"En realidad". Molesta construcción. Casi tanto como "en verdad". Viene a dejar claro que, a pesar de todo lo posíblemente acontecido en instantes previos (sonrisas, carcajadas, caricias, contactos íntimos, eyaculaciones mútuas…), queda claro que todo era mentira por nuestra parte y que sólo pretendíamos cohabitar de manera lujuriosa en alguna de sus muchas variantes. En caso de haber anotado es el momento de huir elegantemente y aceptar que nos han pillado.
Tras este somero análisis se puede uno detener en la observación del núcleo del pensamiento que se expresa:
"No te gusto". De nuevo infundado en la inmensa mayoria de casos (Sir Ramiro Danielez lo sitúa en un 95% de casos estudiados en mujeres sanas o "locas" en "
Estudio reiterado del mentalismo involuntario en mujeres", de R. Danielez et al.). Si bien queda claro para cualquier varón que si una mujer llega a decir esto es porque ha quedado claro que sí le gusta, para una mujer el concepto "gustar" posiblemente englobe muchas más cualidades que, y ahí reside la confusión, ningún hombre ha contemplado hasta la fecha. Dichas cualidades pueden ser que te parezca inteligente, simpática, graciosa, que te interese en qué ha pasado su día, que te cuente las experiencias de sus amigos gays, etc. Evidentemente nuestro concepto de "gustar" bajo las condiciones que nos ocupan son bastante más concretas y de naturaleza más feromónica.
Tras dejar claro el nucleo de su percepción, se presenta por fín la predicción en sí misma:
"(…) ni te gustaré nunca". Suponiendo que estuvieran en lo cierto en el tiempo presente (siempre según su definición de "gustar"), el futurible extendido nos juega una mala pasada a todos los loverpoolers. Es por ello que recomendamos tácticas disuasorias (
buscar otro target), repositorias (
buscar otro target) o de evasión física y mental (correcto:
buscar otro target) para concluir con éxito la jornada. Puesto que el porcentaje de mujeres que para dejarse anotar requieren de "gustarse" mutuamente es treméndamente elevado (es interesante la correlación que establece R. Danielez entre estos casos y los citados más arriba), la convicción de que no nos gustan es un enemigo grande y pesado que nos va a alejar del ansiado tanto. Es por ello que si no actuamos con presteza, estableciendo contacto físico inmediato de grado 3 (por debajo de la cintura y sobre las rodillas, o por debajo del cuello y sobre el ombligo, todos en parte frontal) o dirigiendo la conversación hacia terrenos sensibles, lo cual queda a discreción de las capacidades interpretativas de cada uno, posiblemente la inversión y la rentabilidad acaben convirtiendose en masturbaciones compensatorias dominicales con una alta probabilidad.
Para finalizar, en cualquier caso, como respuesta a un O.E. siempre se dispone de una reflexión aportada por el inconmensurable Forges. Si bien no aporta soluciones ni paliativos a los graves casos de O.E. más dramáticos, nos asegura una premonición masculina infalible. Su infalibilidad reside en su laxo significado estricto pero, a su vez, con un denso bagaje subjetivo.
Ante cualquier reflexion O.E. en nuestra presencia siempre podemos responder con un "No, si ya verás tú cómo…". Tanto si estamos en presencia de un prototipo curioso, uno dramático, esquizoide, "loca", loca, o cualquiera de los estudiados por los ideólogos del Loverpoolers F.C., podemos asegurar que ninguna de ellas quedará indiferente ante tal respuesta. Y eso es bueno. Dicha frase es el equivalente a un
cortocircuito mental y debe aplicarse con cuidado, sobre todo en presencia de grandes cantidades de alcohol, ya que puede desencadenar efectos no deseados como, por ejemplo, cualquier cosa aparte de anotar.